A 41 años del estreno de Alien: El octavo pasajero, estrenada en 1979, la maravillosa cinta de terror de Ridley Scott, esta sigue dando de que hablar. Todos conocemos la brillantez que tiene Ridley a la hora de crear escenas memorables del cine con sus técnicas súper avanzadas. Pero también conocemos la genialidad de los planos y los diálogos de Stanley Kubrick y los mensajes que logran transmitirte cada una de sus películas.
En una reciente entrevista a Ridley Scott hecha en Los Ángeles Times, el director explicó una anécdota de una llamada que recibió del brillante Stanley Kubrick (El Resplandor, Naranja Mecánica y Barry Lyndon). En su discurso nos cuenta como una de las mejores escenas de la saga entera logró dejar perplejo a un mítico director como Kubrick.
La escena en cuestión es en la que un miembro de la tripulación del Nostromo empieza a sufrir un grave dolor en su pecho y es llevado a una mesa del comedor de la nave. Allí empieza a surgir de su pecho un xenomorfo bebé, la primera vez que vemos a una de estas criaturas.
Stanley Kubrick me llamó preguntándome «¿Cómo lo has hecho? Lo he visto a cámara lenta y no puedo ver el corte.» -Se lo expliqué y me dijo «Vale, lo entiendo, funciona».
Conocido por ir siempre 30 años más avanzado en lo que a efectos especiales se refiere de su época, como en 2001: Odisea en el espacio, esta llamada nos deja ver que incluso el más grande cineasta (catalogado así por muchos) puede sorprenderse de las genialidades de los demás. Así hasta el punto de recurrir a la llamada a Ridley para averiguar como funcionó esa escena.
La verdad no tenía más misterio y fue un elemento que se repitió en muchas otras películas. La escena del xenomorfo saliendo del pecho del tripulante era en realidad un muñeco saliendo de un pecho artificial. Esta característica la hemos podido ver en Un hombre lobo americano en Londres o en Trainspotting y la famosa escena de la aguja.
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