[ANÁLISIS] Percy Jackson y el ladrón del rayo

Adonis

Adonis

Director de contenidos en Súper Ficción - Amante de Marvel Studios, el universo de DC y de Star Wars, aunque escribo sobre lo que haga falta.
Percy Jackson

Actualmente, todo el mundo pertenece a un fandom. A pesar de que estamos hablando de sagas de libros que cuentan ya con algunos años a sus espaldas, sigue habiendo gente que se vuelve loca con cualquier novedad. Hace poco, una polémica sobre la autora de Harry Potter (J.K. Rowling) ha desatado la contra-ofensiva de otros fandoms. En este caso, el de Percy Jackson.

Dado que el mensaje de Rowling elude ciertos asuntos sobre inclusión que un mundo donde ser diferente e incomprendido debería abordar, los fans de Percy Jackson han salido a defender su saga favorita. Bien es cierto, que ambas sagas tienen un transfondo distinto, pero la estructura es la misma: niño con poderes, acude a una «escuela» donde le enseñan a utilizar sus poderes, conoce a los amigos que conforman su círculo de confianza y luchan contra las fuerzas del mal.

Percy Jackson y el ladrón del rayo (2010)

Los fans de Percy Jackson suelen estar de acuerdo en una cosa: si la obra de J.K. Rowling cuenta con más repercusión mediática que la de Rick Riordan es porque la adaptación al cine le hizo mucho daño a la saga. No obstante, para poder hablar con conocimiento de causa debería haberme leído los libros de Riordan, pero no es el caso.

Por otro lado, puedo hablar sobre los elementos que están bien fundamentados en la adaptación cinematográfica de 2010: ¿Por qué no es mala película? Mientras tanto, fans de la saga, recordad que no habéis caído en el olvido: Disney + va a contar con una serie sobre Percy Jackson.

La historia de un chico llamado Percy

Todo comienza como cualquier película de finales de la primera década de los 2000. Nos encontramos ante un chaval algo marginado (porque quiere, no por ningún motivo real, según nos quiere hacer ver la película) al que le encanta estar sumergido bajo el agua y que tiene un amigo inválido que va con muletas, Grover Underwood. Por ahora, la película no diría nada del otro mundo y podría pasar por una comedia adolescente más, pero lo mejor aun está por venir.

Resulta que, sin que el resto del mundo sepa lo que sucede, los dioses griegos existen y viven en Estados Unidos. Una idea que a más de uno le puede hacer estallar la tapa de los sesos con la de preguntas que suscita. La primera es: ¿Por qué? Y verdaderamente la película ni se molesta en ponerte en situación. Pero, en fin, prosigamos.

Resulta que Zeus (Sean Bean) y Poseidón (Kevin McKidd) se reunen en la azotea del Empire State building, justo donde se encuentra el mirador donde tenían que haber encallado los dirigibles de comienzos del s. XX. Zeus le dice a Poseidón que le han robado el Rayo y que, por alguna razón que tampoco explican, debe de haber sido el hijo de este. En realidad, te comentan muy por encima que debe de haber una riña entre los dioses por ver quien se disputa el trono del Olimpo. Y por esto, los hijos semidioses que tienen los olímpicos juegan un papel importante.

Percy, eres un semidiós

Las clases de Percy Jackson van pasando como algo normal. El chico parece que tiene dislexia o algo similar, pero por alguna razón su mente traduce automáticamente el griego antiguo. Hasta incluso, las clases parece que giran en torno al tema de Grecia por algún motivo. Me parece que el temario estadounidense se nos va de las manos. Pero no, todo ello sirve al propósito de explicarle al espectador de qué va la cosa, que la película va a tratar sobre dioses y semidioses, que además tendrá elementos mitológicos.

Percy vive con su madre, que está casada con un gordo maltratador; lo cual es terrible. Le comunica a su madre que al día siguiente se van de excursión al museo y llama vago a su padrastro (¡Bien hecho, Percy! ¡Qué aprenda!). En fin, la trama avanza hasta que el profesor de Percy, el señor Brunner, delante de una estatua de Perseo, le pregunta si sabe lo que es un semidios, a lo que este lee una inscripción en griego antiguo sin problema: ¡Qué chulada!

Arpia Percy Jackson

Sin venir a cuento, una profesora de la cual no sabíamos nada se lleva a Percy Jackson a una sala aparte y le empieza a preguntar por el Rayo. Claro, Percy se queda estupefacto, se transforma en una arpía y le ataca. Menos mal que aparecen el señor Brunner y Grover, que resulta que no necesita muletas (solo es que es un satiro y tiene pues patas de cabra) y es su protector. Obviamente, lo salvan, pero le dicen que tiene que irse con ellos a un lugar seguro y Percy no rechista mucho. Confía en su mejor amigo y su maestro.

Van a casa de su madre y recogen las cosas para largarse de allí, pero el padrastro de Percy se lo pone difícil, intenta atacarlo y Grover lo derriba dejándolo inconsciente. Detalles como este dan mucho gusto. Cogen el coche en dirección a un lugar seguro y Grover les va contando la situación a la madre y a Percy. Tienen un accidente y se salen del camino, pero ya andaban cerca del lugar (¡Qué lujazo!). Aun así, les sale al paso un minotauro. Percy Jackson saca un boli que le había dado el profesor Brunner y se convierte en una espada. Se defiende del minotauro, pero este se lleva a su madre, dándola por muerta. Dicho esto, llegan a la zona segura.

¡Bienvenido al Campamento Half-blood!

Percy todavía sigue un poco traumatizado por el asunto de que acaba de perder a su madre, pero se despierta con bastante entereza. Ve a su amigo Grover en su aspecto real, con pintas de sátiro, y este le enseña el que llaman Campamento Mestizo (mola más Half-blood lo mires por donde lo mires). Allí se encuentran conque Percy tiene una casa que le dejó su padre que (plot twist) resulta ser Poseidón, dios de los mares. Además, ven al señor Brunner que revela que, en realidad, es un centauro y se llama Quirón.

Quiron Percy Jackson

Desde este momento, Quirón le enseña el campamento y le dice que debe empezar a entrenar. Y, claro, no hay mejor idea que poner a un novato que no ha cogido en su vida una espada que en una batalla campal con armas de verdad. Una especie de war-game donde recrean la Guerra del Peloponeso: espartanos (representados con el color rojo) contra atenienses (color azul). Percy debe capitanear a la victoria al equipo azul mientras que en el equipo rojo se encuentra Annabeth Chase, hija de Atenea. La cosa no pinta muy bien.

De hecho, acaban enfrentándose el uno al otro en combate singular. Sucede lo que era obvio, Annabeth derrota sin miramientos a Percy, pero este cuando toca el agua se cura por arte de magia y encima gana la habilidad de usar un arma. Otra vez: ¡Qué lujazo! Percy gana y para celebrarlo tienen una cena que no tiene nada que envidiar a los galos de Asterix y Obelix. Entonces, se aparece Hades y le dice a Percy que tiene a su madre, que si quiere volver a verla que le de el Rayo de Zeus: ¡Qué manía persecutoria hacia el pobre Percy, de verdad!

Las pruebas para acceder al Inframundo

Como si de una epopeya grecolatina se tratase, deben de cumplir una serie de encargos para conseguir unos orbes. Pero antes, el hijo de Hermes, Luke Castellan, le da a Percy Jackson un escudo, seguramente sea la Égida (pero no lo dicen. Aun así me recuerda al escudo de Kratos en God of War de 2018) y unas Converse con alitas para volar (es el hijo de Hermes, ¿qué esperabais?).

Las pruebas que tendrán que pasar son de lo más variopintas, pero lo que más importa es el contexto. Básicamente, Persefone es una infiel insaciable a la que le encanta meter amantes en el Inframundo a espaldas de su marido, Hades. Y, para ello, utiliza unos orbes para que vuelvan al mundo mortal dichos amantes, porque el Inframundo es solo para los muertos.

Percy Jackson Medusa

Repasan bastantes relatos mitológicos en clave actual mientras que el trio de personajes formado por el sátiro Grover, Annabeth Chase y Percy Jackson van fraguando una amistad y creciendo como personas. Se enfrentan (no en este orden) a la Hidra de Lerna en una réplica del Panteón, a los lotófagos en un casino y a Medusa en una herboristería de carretera. Todo logran vencerlo y acaban llegando a la entrada del Inframundo, bajo las letras de Hollywood.

¡Viva el salvador del Olimpo!

Sobornan a Caronte y llegan ante Persefone. Esta avisa a Hades de que su sobrino ha llegado. Personalmente, creo que esta parte es un poco estúpida porque nadie se piensa que vas a ir delante del señor del Inframundo, que (recuerdo) ha secuestrado a tu madre, y te la va a devolver porque sí. Claro, Hades se cabrea, pero se da cuenta de que el Rayo estaba dentro del escudo de Percy. Pequeño detalle: que Hades parezca un rockero de los 80 me encanta.

Logran zafarse de Hades y recuperar a la madre de Percy, pero solo llevan 3 orbes y son 4 personas. De momento, parece que todo el plan lo han ido improvisando, porque nada cuadra en ningún momento. Salen pero se queda Grover con Persefone, que parece que le va a dar «buenos cuidados».

Consiguen llegar al Empire State building, pero (plot twist) el hijo de Hermes, Luke, es el malo y quería causar una rebelión en el Olimpo para que los semidioses pudiesen gobernar. Percy Jackson obviamente se opone y comienzan una épica lucha por los aires sobre Converse voladoras y, tras descubrir que puede controlar el agua, vence a Luke y recupera el Rayo.

Percy Jackson y el ladrón del rayo Zeus

A punto de que comience la guerra del Olimpo, llegan con el Rayo y solucionan el entuerto. Al fin, después de todo parece que la única recompensa para Percy es poder hablar con su padre 5 minutos y darse cuenta de que lo quiere mucho pero es culpa de Zeus que no pueda verlo. Vuelven al Campamento Half-blood, a Percy se le conoce como todo un héroe y lo celebran con un nuevo combate entre Annabeth Chase y él, que se habían estado lanzando carantoñas toda la peli. ¡FIN!

Conclusiones

Percy Jackson y el ladrón del rayo (2010) no es una mala película. Pero no supo estar a la altura de lo que pedían los fans. Si el reparto de actores fue maravilloso, las actuaciones eran bastante planas y predecibles. Y, como suele pasar en estos casos, no respetaban aspectos de los libros.

Aun así, en 2013, recibió una secuela para la cual ya habían cambiado a casi todo el plantel de actores, pero esta reseña la dejo para otro momento. ¿Si deberíais ver Percy Jackson y el ladrón del rayo? Si, hay que darle una oportunidad. Sobre todo si te gusta la mitología griega, pero actualmente hay obras bastante mejores como El dios asesinado en el servicio de caballeros de Sergio S. Morán que supera a la saga de Percy Jackson.

Percy Jackson y Poseidon

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