Hoy, 25 de febrero se estrena, en formato digital, en Estados Unidos la película animada Superman: Hijo Rojo y, como no podía ser de otra forma, Superficción trae el análisis del cómic en el que se basa esta película.
Publicada en 2003 por DC Cómics, Superman: Hijo Rojo (Superman: Red Son en su edición original) es el resultado del guion de Mark Millar y el dibujo de Dave Johnson y Kilian Plunkett. Se trata de una historia alternativa y autoconclusiva que trata de responder a la siguiente pregunta: ¿qué hubiera pasado si la nave de Superman hubiera caído en territorio soviético?
¿Y si Superman defendiera los ideales comunistas en los tiempos de la Guerra Fría?
Bajo esta premisa encontramos toda una aventura llena de estereotipos y con un papel de Superman que es mucho más reflexivo que en otras ocasiones, porque ¿si estamos en una sociedad totalmente igualitaria, Superman, aunque no quiera, estará por encima del resto no? Cuestiones de este tipo son las que nos aparecen a lo largo del cómic y hacen de él un pequeño diamante en bruto.
Hay que entender que los personajes a los que estamos acostumbrados, juegan un papel totalmente diferente al que conocemos y aunque en esencia son los mismos, es imposible verlos con los mismos ojos. La estética nueva es maravillosa y, en general, te permite conectar muy bien con la obra.
Todo arranca en 1938 cuando una nave extraterrestre aterriza\cae en Ucrania por aquel entonces territorio de la URSS. A partir de ese acontecimiento Millar nos va guiando a través de diferentes años, dentro del siglo XX, y donde vemos qué supone que una superpotencia como la URSS tenga un ser sobrenatural como Superman. Stalin cree tener el arma definitiva y Estados Unidos muere de terror ante la posibilidad de que la potencia soviética acabe dominando el mundo e imponiendo su ideología. De hecho, y como no podía ser de otra forma, Lex Luthor será la contrapartida de Superman y será el as en la manga del gobierno americano.
Mark Millar nos presenta el mundo al revés y nos sorprende a cada página
Desde luego, es el mundo al revés porque siempre hemos leído que estando en Estados Unidos ningún superhéroe hará absolutamente nada malo y se da por hecho que su misión será la de defender el mundo o el pensamiento «occidental». Sin embargo en este caso estamos en el caso que Superman tiene que defender la ideología contraria y enemiga de los EEUU de la época. Sin duda, una idea perfecta.
Millar hace confluir a los héroes principales de DC, junto con muchos de los villanos (destacando por supuesto a Lex Luthor) y crea en apenas 168 páginas un mundo totalmente paralelo que en seguida aceptamos y entendemos. Me he reído con algunas apariciones (la de Hal Jordan me parece que es de las mejores), he sufrido por Batman y he visto cómo de diferente puede llegar a ser la relación entre Superman y Wonder Woman.
El final del cómic es brillante
Tema aparte, es el tema del final. Es capaz de hacer explotar la cabeza del lector, estamos ante un final totalmente imprevisible, totalmente creíble y que, al tratarse de un universo alternativo, hace lo que quiere y nos destroza. La palabra para describirlo podría ser perfectamente sublime. Comentar que según ha confesado él mismo, fue Grant Morrison quien le propuso a Millar ese final.
Para leer esta obra no es necesario haber leído nada antes, lo ideal es conocer mínimamente el universo DC para saber quiénes son los personajes y poco más. Quizá por eso se lleva a la gran pantalla, ya no solamente porque la idea de la historia es genial, sino porque todo el mundo puede entenderla.
Posiblemente es la mejor historia alternativa de Superman
En cuanto al apartado gráfico, Johnson y Plunkett forman un buen tándem que complementa maravillosamente bien al guion. Hay que destacar que en esta historia es el guion quien tira de todo. Por eso el dibujo complementa bien pero no es lo que más deslumbra de la obra. Lo que hacen es entender perfectamente qué pide Millar y cumplen con nota porque no es fácil adaptar la idea que otra persona tiene en la cabeza y plasmarla tan bien sobre el papel.
La película llegará a España a lo largo de la primavera
Actualmente, en España, Superman Hijo Rojo ha sido publicado por ECC bajo el sello DC Black Label. Ello implica un formato cartoné, con las viñetas encuadradas en un marco negro y con material extra bastante interesante que nos muestra bocetos de los dibujantes incluso algunos bocetos del Alex Ross.
Si no has leído este cómic no lo dudes y empieza a leerlo porque es altamente disfrutable y altamente recomendable.
