
La Cólera, la sorprendente propuesta que nos ofrecen Santiago García y Javier Olivares. El lector se sumergirá en el pasado, presente y futuro de Aquiles y al final se llevará una interesante reflexión sobre lo que hoy conocemos como Europa
Astiberri publicó el pasado 12 de marzo La Cólera, una sorprendente historia sobre el origen de lo que se conoce como la civilización occidental. Lo primero que llama la atención es el diseño de la portada y el tamaño del cómic (21cmx28cm). En cartoné, vemos tonos en blanco con rayas negras, el título y el cuerpo de Aquiles boca arriba y boca abajo, en azul y en rojo. Los colores y la posición son importantes para entender al personaje, la historia y el título. Desde el principio García y Olivares nos están tirando miguitas de pan para que vayamos entendiendo la historia más adelante. Una edición muy cuidada con un precio de venta de 28€.
Solo con ver la portada, La Cólera ya llama la atención
Desde el principio ya vemos que es un cómic diferente, las primeras páginas son sorprendentes porque las primeras 34 son solo escenas sin diálogo. Escenas con movimiento, viñetas pequeñas, viñetas grandes, paisajes tranquilos, momentos violentos… Una combinación de muchas cosas que el lector solamente tiene que disfrutar mirándolas. Sin ningún tipo de guion, el dibujo transmite todo lo necesario para meterse de lleno en las tierras de Troya.
Cuando aparece el guion la obra aún va más hacia arriba. El trabajo de Santiago García hace que se pueda entrar en lo cotidiano de la historia, permite que conozcamos las emociones, pensamientos, anhelos y sentimientos de los personajes. Además, nos muestra los miedos y la parte más desagradable y cruda de la guerra.
Si algo tiene La Cólera es la simbiosis perfecta entre guion y dibujo, no se puede entender el uno sin el otro. Hay veces que en una novela gráfica se distinguen y una parte es superior a la otra. Sin embargo aquí no, aquí se complementan de tal forma que el resultado final es sensacional.
La Cólera es una reinterpretación de La Ilíada y La Odisea que nos sorpenderá desde la primera viñeta
La Cólera bebe de La Ilíada y de La Odisea de Homero. Arrancamos en Troya y acabamos en Ítaca y lo que sucede entre medias, quien más quien menos lo conoce. Las aspiraciones que tiene Aquiles, el deseo de Ulises de volver a su casa, el sufrimiento de Príamo tras la muerte de Héctor o la codicia de Agamenón son algunas de las cosas que nos encontramos. Pero aun así, al verlas de nuevo, sorprende el enfoque que le han dado. Hay momentos a los que se las da mucha importancia y otros que son de pasada, porque aquí lo importante es cómo está Aquiles y cómo afecta eso al resto del mundo.
La interpretación y representación que los autores hacen de Aquiles es muy interesante desde el punto de vista que lo presentan como una persona que vivía tranquila que acaba transformándose en la admiración y en el temor de toda Grecia. Como ya se ha dicho, los colores de Aquiles son trascendentales en la historia y a través del personaje, al final, entenderemos la portada, el título y el mensaje.
Tanto Santiago García como Javier Olivares, saben la importancia que tiene el lector y quieren hacerle interactuar con la obra, quieren que esté atento. Por eso, en la mitad de la trama nos dan un giro literal. Juegan con la lectura y nos trastocan la misma. Justo en la mitad de la trama juntan el pasado con el futuro y hacen que Aquiles reflexione y vea cómo es el mundo que nace tras la Guerra de Troya. En pocas palabras, le enseñan a Aquiles cómo es Europa en el futuro. Desde luego, un recurso sorprendente que no hace sino darle otro valor añadido al cómic.
Olivares y García están a un nivel altísimo, su trabajo es una simbiosis perfecta
El dibujo ya he destacado que es sensacional pero es que, además, el color todavía ayuda más. En La Cólera, el color tiene mucha importancia porque es el reflejo de emociones y sentimientos. El color ayuda a que el dibujo sea todavía más contundente y es otro valor añadido del que disfrutar. Javier Olivares tiene un estilo muy característico, que se puede ver, por ejemplo, en las escenas grandiosas que ocupan dos páginas, que están cargadas de detalles y de movimiento. Algunas de ellas son para enmarcar y hacen que se mantenga el interés porque a medida que se va leyendo, el lector busca encontrarse con otra sorpresa al pasar de página.
Desde Superficción os recomendamos la lectura de este cómic porque, cuando volvamos a la normalidad, estamos seguros que dará que hablar.
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