Tierra Media: Humanos y Elfos en la Segunda Edad

Muchos acontecimientos abarcan los más de 3000 años que duró la Segunda Edad de la Tierra Media en El Señor de los Anillos. Entre sus pilares, multitud de razas se vieron en diferentes entuertos. Miles de hombres, elfos, enanos y seres de diferentes índoles libraron sus batallas con bravura. Siendo cifra tan difusa, somos conocedores de los más destacados entre sus filas, centrados en los que llevaban Tar como su primer nombre en Númenor. Aquellos que marcaron la diferencia y confrontaron ademanes de señores de la guerra, con tal de establecer un orden a modo de sine qua non, para con el mundo. Siendo los de nombre Ar los que llegaron a las prohibiciones, venidas de la mano con el manto de engaño de Sauron.
Los Años Oscuros vieron su entramado entre la Guerra de la Cólera y la Guerra de la Última Alianza. Ya comentamos previamente la Segunda Edad del Sol en toda su extensión. Hoy nos toca centrar nuestra vista de águila en los individuos que la empuñaron con o sin nobleza, los humanos y los elfos destacables del comienzo de esta Edad. ¡Vamos a ello!
Humanos y Elfos: La Segunda Edad
Elros Tar-Minyatur
Elros era un medio elfo/peredhil. Hermano mellizo de Elrond, hijo de Eärendil y Elwing la Bella. Fue el primer rey de Númenor al comienzo de la Segunda Edad. Tras la Guerra de la Cólera, se les dio a los hermanos a elegir a qué pueblo querían pertenecer. Elrond eligió ser un elfo, y Elros un hombre. Tras la toma de su decisión, guió a los Edain hasta Númenor y allí fundó su reino. Desde entonces se le concedió Tar-Minyatur como su título. Su significado en quenya quiere decir El primero y más elevado. Vivió 500 años y goberrnó a los númenoreanos durante 410, siendo el más longevo de todos los dúnedain. Al momento de su muerte, cedió el reinado a su hijo Vardamir.
Vardamir Nólimon
Joya de Varda o Joya exaltada en quenya, Vardamir fue el segundo rey de Númenor e hijo de Elros. Sus hijos fueron Tar-Amandil, Vardilmë, Aulendil y Nolondil. Cedió el cetro a su hijo Tar-Amandil en el año 442, creando la tradición de ceder el cetro años antes de perecer. Murió en el 471.
Tar-Amandil
Tar-Amandil (no confundir con Amandil, dúnadan de Andúnië) fue el tercer rey de Númenor de manera oficial, aunque realmente fue el segundo. Su padre, Vardamir, se negó a tomar el trono tras la muerte de su padre. Abdicó debido a su avanzada edad en favor de su hijo, aunque todavía era el gobernante por derecho de sucesión. Los hijos de Tar-Amandil fueron Tar-Elendil, Eärendur y Mariën. Cedió el cetro a su hijo Tar-Elendil en el 590.
Vardilmë, Aulendil y Nolondil
Vardilmë era la única hija del rey Vardamir Nólimon. Nació en una ubicación desconocida de Númenor. No se conocen datos exactos de su vida, incluso si llegó a casarse y tener descendencia. Tan sólo que fue hermana de Aulendil, Nolondil y Tar-Amandil, tercer Rey de Númenor. Su nombre significa dedicada a Varda, sufijo -dil (amigo, dedicada a). Tampoco se registraron datos sobre la vida de su hermano Aulendil, y su hermano Nolondil únicamente fue mencionado en el árbol genealógico. El árbol familiar fue publicado en el capítulo Aldarion y Erendis, de Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media. Sobre la descendencia de Nolondil, fue padre de Yávien, Oromendil y Axantur.
Tar-Elendil
Tar-Elendil fue el cuarto rey de Númenor. Hijo de Tar-Amandil y padre de Silmariën, Isilmë y Tar-Meneldur. Fue un poeta, apodado por el pueblo como Parmaitë. Se casó a una edad muy avanzada, teniendo tres hijos. Cedió el cetro en 740 y murió en el 751. Durante su reinado, los barcos númenoreanos llegaron por primera vez a la Tierra Media.
Axantur
Axantur fue un noble de Númenor. Hijo de Nolondil y primo del rey Tar-Elendil. Hermano de Yávien y Oromendil. Se casó y tuvo tres hijos, Lindissë, Ardamir y Cemendur. Sus descendientes entraron en la línea gobernante, y su bisnieto Hallacar se casaría con Tar-Ancalimë, la primera reina gobernante de Númenor.
Vëantur
Vëantur fue el Capitán númenoreano de la Flota Real de Tar-Elendil. También fue el abuelo de Tar-Aldarion. Ostentaba el título de la comandancia en el primer barco que regresó a la Tierra Media. Fue un gran navegante, reconocido como Capitán de Todos los Barcos del Rey. Logró la hazaña de su regreso en barco en el año 600. Los nombres de sus navíos eran Entulessë y Númerrámar, y atracaban en un muelle adjunto a su hogar, al sur del estuario de Rómenna. En sus viajes posteriores, entabló amistad con un hombre llamado Anardil, más tarde Tar-Aldarion, quien lo acompañó a Lindon en el 725. Vëantur tenía una hija llamada Almarian, que se casó con Tar-Meneldur, enlazando su sangre con la familia real.
Silmariën
Silmariën era una mujer noble de Númenor, madre de los Señores de Andúnië y heredera de las reliquias de los Dúnedain. Hija mayor del rey Tar-Elendil, hermana de Isilmë y Meneldur. En el momento en el que gobernaba su padre, a las mujeres no se les estaba permitido reinar. Debido a ello, cuando su padre cedió el cetro, lo otorgó a su hermano menor, Tar-Meneldur. Fruto de su matrimonio con Elatan, tuvieron un hijo llamado Valandil, que se convirtió en el primer Señor de Andúnië. Su linaje y el de su esposo llegaron a los reyes de Gondor y Arnor, que vivían en el exilio en la Tierra Media. Sin embargo, ella fue uno de los miembros más importantes de la familia real de Númenor, ya que se cree que heredó la espada Narsil y el Anillo de Barahir de Tar-Elendil.
Estas reliquias fueron transmitidas a sus descendientes, los Señores de Andúnië y más tarde los Reyes de Gondor y Arnor. La joya real, Elendilmir, incluía mithril que una vez perteneció a Silmariën, obsequio que sobrevivió a la caída de Númenor para formar parte de la corona de Arnor. Finalmente, también sobrevivió hasta alcanzar la época del rey Aragorn Elessar.
Tar-Meneldur
Tar-Meneldur fue el quinto rey de Númenor. Durante su tiempo, los númenoreanos comenzaron a regresar a la Tierra Media, y se construyeron grandes flotas de barcos para explorar todas las tierras al este de Númenor. Sucedió a su padre, Tar-Elendil, dado que la regla de sucesión no permitió gobernar a su hermana. Se casó con Almarian y tuvo tres hijos, Tar-Aldarion, Ailinel y Almiel. Durante su gobierno, el contacto con los Medio-Hombres de Eriador se restableció bajo la guía de los elfos de Lindon de Gil-Galad. Tar-Meneldur apoyó a las gentes de altamar, y permitió que su hijo Aldarion estableciera un gremio de marineros. Dicho gremio se convirtió en una de las organizaciones más poderosas de Númenor.
Valandil
Valandil fue un dúnadan, hijo de Elatan y Silmariën. Formó parte del Consejo del Cetro del rey Tar-Aldarion de Númenor, representando a la región de Andustar. Fue, además, el primero de los Señores de Andúnië, una casa nobiliar que se posicionaría años después como la dirigente de los Elendil. Los Elendil eran considerados aquellos que conservaron la amistad con los elfos y seguían siendo fieles a los Valar.
Tar-Aldarion
Tar-Aldarion fue el sexto rey de Númenor, único hijo varón de Tar-Meneldur y Almarian. Su gobierno duró 192 años, y cedió el cetro a su única hija, Tar-Ancalimë. Su nombre original era Anardil, pero se lo cambió por Aldarion, dado su amor por los árboles. Tenía una hermana mayor llamada Ailinel, madre de Soronto. Plantó bosques para proveer de madera a sus astilleros. Para que Ancalimë le sucediera en el trono, cambió las leyes para que cualquier hijo mayor de un rey tuviera derecho de sucesión, independientemente del sexo. Cedió en 1075, y murió en el 1098.
Aldarion fue un gran marinero y a menudo se ausentaba durante largas temporadas de la isla, causando el disgusto de su esposa. Su mujer, Erendis, se quejaba constantemente, alegando que Aldarion no podía tener a Uinen, señora de los mares, y a otra mujer como esposas. Fue un gran amigo del Rey Gil-Galad de Lindon, y de Círdan, Carpintero de Barcos. De este último, Tar-Aldarion aprendió mucho acerca del arte de construir barcos. De su plantación de bosques, le regaló algunos árboles mellyrn a Gil-Galad. Como en sus tierras no crecían, Gil-Galad se los dio a Galadriel. Con su poder, ella hizo que éstos crecieran en Lothlórien junto al río Anduin, aunque nunca alcanzaron el mismo tamaño que los de Númenor.
Hallatan
Hallatan fue un noble de Númenor. Fue el segundo hijo de Cemendur, descendiente de Vardamir Nólimon. Su hermana era Írildë. En su etapa adulta, se convirtió en dueño de una gran cantidad de tierras de pastoreo en la provincia de Hyarastorni. Cerca de Emerië, donde pastoreaba ovejas, era conocido como El Señor de las Ovejas. Tenía una casa que solía albergar a Aldarion en los días de Tar-Meneldur como rey de Númenor antes de convertirse en rey. Se casó y tuvo dos hijos, Hallacar y Nessanië. Su hijo se casó con Ancalimë en el año 1000.
Gil-Galad
Gil-Galad fue un elfo Noldor, hijo de Fingon y último Rey Supremo de los Noldor en la Tierra Media; nombre por el que fue conocido, junto a otros títulos como Rey de los Elfos del Oeste, Rey de los Eldar, Rey de Lindon, Señor de los Golodhrim, Señor de Eriador, y Jefe del Consejo Blanco de la Segunda Edad. Su arma lo caracterizó como guerrero, siendo la lanza Aeglos (Carámbano o Punta de Nieve). Su título como Rey Supremo lo adquirió con el deceso de su tío Turgon. Círdan se lo llevó cuando aún era muy joven a la isla de Balar cuando las Falas cayeron tras el perecer de Nargothrond, donde también fueron otros elfos refugiados de diferentes lares.
Allí permanecieron hasta la Guerra de la Cólera y el final de la Primera Edad. Una vez concluyó ésta, se quedó en Lindon. Allí gobernó durante mil años de paz en la Segunda Edad, hasta que los infortunios del episodio de Sauron la quebrantaron. Con la forja de los Anillos, uno de ellos, Vilya, fue entregado a Gil-Galad. Se trataba del más poderoso de los anillos forjados, sin contar el Anillo Único. Condujo junto con Elendil, de la Última Alianza entre hombres y elfos. También murieron juntos en combate contra Sauron.
Erendis
Erendis fue la hija de Beregar, de la Casa de Bëor, y de Núneth. Tenía una belleza casi élfica, con los cabellos oscuros y los ojos grises típicos de su familia. Se enamoró de Aldarion, hijo del rey Tar-Meneldur de Númenor, en la celebración de la proclamación de éste como heredero. A partir de ese momento pasó a formar parte del séquito de la reina Almarian. Esperó mucho tiempo a Aldarion durante sus largos viajes, pero éste no se dio cuenta del afecto que sentía por ella hasta que ella se arriesgó a llevar la oiolarië, después de que el rey Meneldur se lo hubiera prohibido a las mujeres miembros de la casa real.
A la vuelta de este viaje, Aldarion le regaló un diamante como muestra de gratitud. El diamante, engarzado en una redecilla de plata, sería posteriormente considerado por Erendis como su regalo de compromiso. A raíz de esto Erendis fue conocida como Tar-Elestirnë (doncella de la frente estrellada). Después de algún viaje más de Aldarion, se casaron y tuvieron una hija, que se llamó Ancalimë, considerada la más bella de las reinas de Númenor después de Tar-Míriel. Cuando Ancalimë tenía cuatro años, Aldarion partió, pero se demoró en exceso y Erendis nunca se lo perdonó. Se retiró a vivir a la casa blanca que Meneldur la había regalado en la región de Emerië, y allí crió a su hija.
Aldarion achacó todos los problemas de su relación con Erendis a la diferencia de linaje, pues la vida de ella era más corta al no pertenecer a la línea de Elros. Por ello, a partir de entonces, los reyes y reinas de Númenor sólo podían casarse con alguien descendiente de Elros. Erendis murió ahogada en el año 985, cuando llegó a Rómenna después de salir de incógnito desde Emerië, al enterarse de la noticia de que Aldarion había vuelto a partir y sentir anhelo por él.
Soronto
Soronto era un noble númenoreano del linaje real de Númenor o la Casa de Elros, nieto de Tar-Meneldur e hijo de Ailinel. Vivió durante los últimos años del primer milenio de la Segunda Edad. Su padre era Orchaldor, un descendiente de la Casa de Hador. Antes del cambio en la ley de Númenor que convirtió el orden de sucesión en primogenitura cognática, Soronto pudo haber sido el presunto heredero del trono. Era primo de Tar-Ancalimë.
Hallacar
Hallacar, hijo de Hallatan de Hyarastorni, era un descendiente de Vardamir Nólimon. En el año 1000, Ancalimë, la hija de Tar-Aldarion, se casó con él. Después de nacer su hijo Anárion en el 1003, hubo enfrentamientos continuados entre él y su esposa. Cuando se conocieron, Ancalimë vivía en Emerië, escondida en una granja que bordeaba las tierras de Hallatan para evitar a los pretendientes. Allí conoció a un pastor llamado Mámandil. Ella disfrutó de su compañía ya que él era un cantante habilidoso y lo reconoció a menudo en los pastos. Eventualmente, él le declaró su amor, pero Ancalimë se mostró reacia ya que era la heredera del Rey.
Mámandil luego reveló que en realidad era Hallacar, miembro de una rama menor de la Casa de Elros. Aun así, Ancalimë lo rechazó, aunque más tarde se casaron. Los hechos difieren en cuanto a los detalles de su matrimonio. Una versión decía que Hallacar persistió en buscar su mano y que Ancalimë fue presionada por el Consejo real para que lo aceptara, y así brindar tranquilidad al reino. Otra versión decía que cuando su primo Soronto la llamaba para que renunciara al trono, se casó con Hallacar tan sólo para molestar a Soronto.
Otro relato sugirió que Ancalimë se casó con Hallacar después de que se eliminara la ley sálica, para asegurarse de que Soronto no pudiera convertirse en rey si ella no tenía hijos. Lo único claro era que Ancalimë no deseaba amor ni hijos. Después de que Anárion naciera, ella y Hallacar se separaron. La situación no mejoró cuando Hallacar arregló en secreto los detalles de la boda entre sus sirvientes, hecho que la reina había prohibido expresamente.
Annatar (Sauron)
Sauron era un Maiar, conocido como El Nigromante, El Horripilante y El Señor Oscuro por los hombres de Gondor. Era un espíritu nacido del Pensamiento de Eru Iluvatar, el ser supremo, pero menor en jerarquía y poder a los Valar. Sin embargo, de entre los Maiar, Sauron era el más poderosos y pertenecía a la más alta jerarquía. Fue corrompido por Melkor, el gran Valar rebelde, el mal en su origen. Sauron se tornó de naturaleza maligna, convirtiéndose en enemigo eterno de elfos y hombres, dada su inclinación por dominar completa y tiránicamente la Tierra Media, sobre todo durante la Segunda y Tercera Edad.
Alrededor de quinientos años después de dar comienzo la Segunda Edad, Sauron reapareció imitando las andanzas de Melkor. Poco a poco comenzó a prepararse. Se convirtió en la reencarnación del mal, y en un ser deseoso del Poder Completo, transformándose eventualmente en el Dios y Señor de los Hombres. Pasó mucho tiempo en el este, corrompiendo a los hombres a su servicio, ya que encontraba a esta raza como demasiado fácil de manipular. En contraposición, consideraba a los elfos como los mayores rivales de la Tierra Media, decidiendo por tanto que era vital vencerlos primero para obtener el dominio completo.
Así pues, un nuevo objetivo floreció. Sauron planeó seducir a los elfos, tomando la forma de Annatar, Señor de los Dones, para adentrarse en Lindon. Los elfos no confiaron en él, prohibiéndole entrar, aún habiéndose declarado como enviado de los Valar en su ayuda. Se presentó como enviado de Aulë, al cual los Noldor en el Exilio siempre le tuvieron en gran estima por el amor que sentían hacia la herrería y la creación de hermosos objetos. Se dirigió a Eregion bajo la misma tesitura, y a pesar de la oposición de Galadriel y Celeborn, el nieto de Fëanor, Celebrimbor, que también vivía alli, le dejó entrar.
Annatar entabló una férrea amistad con Celebrimbor y los Herreros Élficos, una hermandad conocida como los Gwaith-i-Mírdain. Se ganó su confianza, dándoles consejo y ayuda, y enseñándoles magia y artes en la forja, de las que poseía alto conocimiento como el antaño Maiar más importante al servicio de Aulë. Con la ayuda de Annatar, los Herreros Élficos forjaron los Anillos de Poder, que conferían poderes inimaginables a sus portadores. Annatar entonces se dirigió al Monte del Destino, el gran volcán de Mordor, donde forjó en secreto el Anillo Único, un anillo para gobernarlos a todos. El poder de la reliquia era el de dominar a los otros anillos y esclavizar a sus portadores a la voluntad de Sauron.
Como los Anillos eran muy poderosos, Sauron tuvo que transferir una gran parte de su propio poder y ser para concebir un anillo que los dominase. Mientras llevaba el anillo, su poder se vería fortalecido, pero menguaba si no lo portaba. El plan de Sauron habría salido bien si los elfos no hubiesen detectado su influencia una vez creado el Anillo Único y puesto en el dedo de Sauron. Los elfos descubrieron la naturaleza de Annatar como Sauron y supieron que habían sido engañados. Se quitaron los anillos y no los usaron mientras Sauron estaba en posesión del Único. Encolerizado, Sauron declaró la guerra ocupando gran parte de la Tierra Media. Los Tres Anillos de los Elfos habían sido forjados por Celebrimbor por sí mismo sin la ayuda directa de Sauron, con lo cual estaban libres de su mal, pero atados al Único.
Celebrimbor procedió a esconder los anillos para salvarlos de la voluntad de Sauron. Los repartió entre Gil-Galad, Círdan y Galadriel. Sauron entonces atacó Eregion, recuperando los anillos que habían sido forjados con su ayuda, es decir, los siete y los nueve anillos de poder. Desconocía, sin embargo, el destino de los tres anillos de Celebrimbor. Torturó a Celebrimbor hasta la muerte, matando también al resto de Gwaith-i-Mírdain y arrasando Eregion. Descubrió donde se encontraban los anillos tarde o temprano, y allí dirigió sus ataques. Sauron asedió Rivendel, luchando en el proceso contra Moria y Lothlórien, e intentando destruir Lindon, donde repeler a Sauron fue una tarea titánica.
Cuando parecía que todo estaba perdido y Lindon caería, Gil-Galad clamó ayuda a los númenoreanos, los cuales llegaron con su gran armada de barcos y su enorme ejército. Derrotaron a Sauron y le obligaron a retirarse a Mordor. Conocido como El Señor Oscuro de Mordor a partir de entonces, Sauron no se rendiría. Fortificó Mordor al completo, y terminó la Torre Negra de Barad-dûr. Distribuyó los siete Anillos de Poder entre los señores enanos y los nueve anillos de poder entre los reyes de los hombres. Los enanos probaron ser resistentes al mal de los anillos, pero los hombres fueron esclavizados por Sauron, convirtiéndose en los Nazgûl, sus sirvientes más temidos.
Conociendo el gran poder de Númenor, Sauron se retiró de las costas, evitsando enfrentarse a sus flotas directamente. No obstante, logró que tres de sus reyes utilizaran los anillos de poder, convirtiéndose los tres monarcas en Nazgûls al servicio del Lord Oscuro. Sauron, más tarde, retomó el control de las criaturas que habían servido a Morgoth en la Primera Edad, siendo estos los trolls, entre otros, y extendió su poder en el Este y en el Sur, convirtiéndose en el Rey-Dios de dichas regiones.
Cerca del final de la Segunda Edad, los númenoreanos habían crecido en orgullo y se sentían cada vez más poderosos aferrándose a su potencial de batalla, recelosos de los Valar y celosos de la inmortalidad de los elfos. Iban y volvían a la Tierra Media, y llenos de orgullo se denominaban Reyes de los Hombres y Señores de la Tierra. Sauron era lo único que se interponía en sus ideas de expansión, pues en la Tierra Media era el señor más poderoso y esto creaba envidia e ira en el Rey de Númenor de entonces, Ar-Pharazôn. El monarca decidió volver a la Tierra Media con un enorme ejército para someter al Señor Oscuro de una vez por todas.
Sauron se presentó en una forma carente de poder y plena de belleza, haciendo ver su rendición ante tal magnitud de poder por parte de Númenor. Así, se entregó como prisionero. Sauron, aunque podía enfrentar a Númenor sin problema, deseaba ser apresado y llevado a Númenor, dónde podía destruirlos desde dentro. Allí tendría acceso a la mente del rey, al que podría persuadir y corromper poco a poco. Consiguió tornar a sus filas a buena cantidad de númenoreanos. En tres años logró salir de su cautiverio y vivir en la corte del Rey. Entonces pudo comenzar su plan a largo plazo. Contó al rey que Eru era una invención de los Valar para mantener el control y justificar sus decretos sobre ellos y minimizar su poder.
Entonces instauró el Culto a Melkor en la isla, representándolo como el verdadero Dios. Un libertador que luchaba contra los opresores Valar, convirtiéndose el mismo Sauron en Sumo Sacerdote. Para el Culto, los sacrificios humanos se convirtieron en una obligación, y pasó a instaurarse como la religión oficial de la isla. No todos los númenoreanos se rindieron a este culto y aceptaron a Melkor y la corrupción de Sauron. La minoría resistente se mantuvo fiel a los Valar y a los elfos, teniendo contacto con ellos y alabando a los Valar y a Eru en secreto, por lo que fueron perseguidos por el Rey y los miembros del Culto.
Así pues fueron conocidos los que seguían a Melkor y Sauron, como Seguidores del Rey, y los que adoraban a los Valar, como los Fieles. Los Señores de Andúnïe se contaban entre los Fieles más poderosos, Casa a la que pertenecían Elendil, Isildur y Anárion. Sauron también hábilmente aumentó las ganas del rey y muchos númenoreanos de continuar deseando cada vez más la vida inmortal de los seres de Valinor. Consiguió que rechazaran a los elfos, los Valar y los Maiar de Aman, cerrando sus puertos a los elfos que regularmente acudían desde allí, en especial desde la cercana Isla de Tol Eressëa. Pronto los númenoreanos regresaron a la Tierra Media, pero en vez de para comerciar e intercambiar conocimientos, para cazar y esclavizar cruelmente a los hombres que allí vivían.
Con el dominio que Sauron ejercía en Ar-Pharazôn, el rey se convirtió en el mayor tirano de Arda, ofreciendo a hombres de la Tierra Media como sacrificios para el Culto. A pesar de su poder, el rey sentía un miedo creciente por su cercana muerte, que cada día se aproximaba más y más a medida que iba envejeciendo. Sauron convenció al rey de que, dado el estatus que había alcanzado, tenía el poder para reclamar lo que era suyo por derecho, la inmortalidad. Le sugirió que atacara Valinor con una enorme armada para tomar la inmortalidad por la fuerza de los mismos Valar. Aunque dejó que el rey creyera esto, el mismo Sauron sabía que era imposible, ya que los Valar derrotarían fácilmente la armada de Númenor. Así, el mayor obstáculo de Sauron para la dominación total sería diezmado.
Sin embargo los Valar no tenían poder para dominar directamente a los hijos de Iluvatar, encomendándose a Eru. Con el viaje de los númenoreanos a Valinor, desembarcaron allí. No obstante, el rey y su ejército fueron sepultados por las montañas y su armada hundida en el mar por la acción directa de Eru. Gracias a esa misma acción, Eru mandó una enorme ola, que hundió la Isla de Númenor y a todos sus habitantes, excepto a algunos fieles que lograron escapar a la Tierra Media, al mando de Elendil y sus hijos Isildur y Anárion. Como la ola destruyó Númenor, Sauron, que se encontraba allí y no había previsto eso, también fue engullido por ella y su cuerpo destruido en el cataclismo.
Al ser un Maiar y un ser inmortal, su cuerpo había sido destruido, pero su espíritu sobrevivió y partió a Mordor, donde tuvo que tomar una nueva forma. Tras la corrupción de sus poderes embaucando a los númenoreanos, Sauron perdió el poder de transformarse en seres hermosos, con lo cual no podría seducir a elfos y hombres como antaño. Sauron, en su ausencia, vio crecer el poder de Gil-Galad y Lindon, y su influencia comenzó a expandirse a las Montañas Nubladas y al gran Bosque Verde. Así, Sauron sintió el arrebato de estas tierras por parte de los Noldor. Elendil, por su parte, fundó los reinos de Arnor y Gondor. Creyeron que Sauron había perecido y había sido destruido en el cataclismo de Númenor, sin embargo pronto fue evidente que el Señor Oscuro había regresado a Mordor cuando el Monte del Destino entró de nuevo en erupción.
Aunque el poder de Sauron no se restauró totalmente, decidió atacar a los recién nacidos Gondor y Arnor. Capturó Minas Ithil, destruyendo el Árbol Blanco de la ciudad. Isildur consiguió salvar un fruto del árbol y huyó con los suyos por el río Anduin. Seguidamente, Sauron atacó Osgiliath, donde estaba Anárion, el cual consiguió repelerlo y mandarlo de vuelta a Mordor, al menos de forma temporal. Fue después cuando Elendil y sus hijos formaron la Última Alianza de Hombres y Elfos, con el fin de dar el golpe definitivo a Sauron, todos juntos. La Alianza comenzó su ataque a las huestes oscuras en las llanuras de Dagorlad, saliendo victoriosa.
Invadieron Mordor y tomaron la Torre de Barad-dûr. Sauron emergió de la torre y entró a la batalla con fiereza. En esta última batalla en las lomas del Monte del Destino, Sauron destruyó a Gil-Galad y a Elendil. Narsil fue destruida al caer Elendil y su hijo Isildur tomó la espada de su padre, cortando el Anillo Único de la mano de Sauron, venciéndolo. Perdiendo su forma física, Sauron no tuvo más remedio que huir como espíritu. Elrond y Círdan encomendaron a Isildur destruir el anillo en el Monte del Destino, pero este se negó. Al haber muerto su padre, tomaría el anillo como recompensa a la pérdida, alegando que le pertenecía al haber derrotado a Sauron finalmente.
Isildur finalmente conservó el anillo. En un viaje a Rivendel fue atacado por orcos, y se arrojó al río Anduin, esperando sobrevivir. El anillo, deseoso de regresar a manos de Sauron, traicionó a Isildur, escurriéndose de su dedo. Isildur fue revelado a los orcos, que acabaron con su vida haciendo volar flechas sobre su cuerpo, tendido en el agua.
Tar-Telperiën
Tar-Telperiën fue una dúnadan, primogénita del rey Tar-Súrion y hermana de Isilmo. Nació en el 1320 en la isla de Númenor. Su padre le cedió el cetro en el 1556, convirtiéndose en la segunda reina regente de Númenor y la décima en total. Vivió muchos años y se negó a casarse, por lo que tras su muerte, en 1731, el cetro pasó a su sobrino Minastir. Durante su reinado, Sauron engañó a los elfos de Eregion para construir los Anillos de Poder. El príncipe Minastir fue el encargado de enviar una flota de ayuda a Gil-Galad de Lindon.
Tar-Atanamir
Tar-Atanamir fue un dúnadan de Númenor. Hijo de Tar-Ciryatan y nacido en el año 1800. Heredó el orgullo y la codicia de su padre. Se convirtió en el decimotercer rey de Númenor cuando su padre le cedió el cetro en el año 2029. Continuó con la imposición de tributos a los Hombres de la Tierra Media, como había hecho Tar-Ciryatan, y criticó abiertamente a los Valar y su prohibición, distanciándose así de los elfos e iniciando la separación entre los númenoreanos, que se haría plena durante el reinado de su hijo Tar-Ancalimon. Tar-Atanamir vivió durante 421 años, aferrándose a la vida hasta que perdió el juicio y se negó a entregar a su hijo el cetro, convirtiéndose en el primero de los reyes de Númenor desde Elros que gobernó hasta su muerte, en el año 2221. Entonces Ancalimon fue coronado por fin.
Tar-Ancalimon
Tar-Ancalimon fue un dúnadan de Númenor. Fue el decimocuarto Rey de Númenor, y durante su reinado se produjo la división del pueblo númenoreano entre los llamados Hombres del Rey, que eran la mayor parte, y los llamados Fieles o Elendili, que mantuvieron la amistad con los elfos. Como consecuencia, la mayor parte del pueblo dejó de hablar las lenguas élficas y rara vez se subía al Meneltarma para venerar a Ilúvatar. Tar-Ancalimon murió en el año 2386, y su hijo, Tar-Telemmaitë, le sucedió el trono.
Tar-Telemmaitë
Tar-Telemmaitë se convirtió en el decimoquinto rey de Númenor tras la muerte de su padre. Se coronó Telemmaitë por el amor que procesaba hacia el mithril, que es de color plateado. Gobernó hasta su muerte en 2526, y fue sucedido por su hija, Tar-Vanimeldë, aunque ella le prestó poca atención al reino y fue su marido, Herucalmo, el que en realidad gobernó.
Herucalmo
Herucalmo fue el consorte de la reina gobernante Tar-Vanimeldë de Númenor. Tar-Vanimeldë tenía poco interés en gobernar, y Herucalmo fue su regente asumiendo los deberes del estado. Cuando murió, el trono debería haber ido a su hijo, Tar-Alcarin , pero Herucalmo usurpó el trono y gobernó bajo el nombre de Tar-Anducal. Siendo un reclamo ilegal al trono de Númenor, Herucalmo no recibió el título oficial de Rey de Númenor. Tras la muerte de Tar-Anducal, el hijo de Tar-Vanimeldë, Tar-Alcarin, finalmente logró su legítimo trono.
Gimilzagar
Gimilzagar era un númenoreano de la casa real de Elros. Era el hijo menor del rey Tar-Calmacil, el decimoctavo gobernante del reino de la isla. Su línea de descendencia lo convirtió en el tío abuelo del nieto de Tar-Calmacil, Ar-Adûnakhôr, quien rompió con la tradición al tomar su nombre real en la lengua adûnaica. Pudo haber sido un antepasado de Inzilbeth, madre de Tar-Palantir, aunque no existe confirmación de ello.
El Fin de la Oscuridad
Con el reinado de los Ar y el abandono de la lengua élfica, Sauron comenzó a elevar su poder en contra de Númenor desde las sombras. Así, el tiempo de enfrentamiento entre Isildur y el Señor Oscuro acababa de comenzar. Fue en el año 3.262 cuando Sauron se entregó como prisionero a Númenor. En el 3.320 se fundaron Arnor y Gondor, y Sauron tomó Minas Ithil en el 3.429. Con la formación de la Última Alianza un año después y su marcha a Imladris, comenzaron lo que serían los preparativos para la Batalla de Dagorlad, tres años después.
Así pues, entre el reinado de los Ar, en la etapa final asistimos a las muertes de Gil-Galad y Elendil, finalizando la Segunda Edad, oficialmente, con la derrota de Sauron.
¿Y tú? ¿Qué opinas de la Última Alianza entre Hombres y Elfos de la Segunda Edad? ¿Conoces a toda la dinastía númenoreana? No dudes en hacérnoslo saber, ¿qué ven tus ojos de elfo?
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Fuentes: Tolkienpedia, Tolkien Gateway